viernes, 29 de julio de 2016

CON SU BLANCA PALIDEZ





Tenía catorce años, esos que nunca más volverán.

Aquéllos en los que el despertar de los sentidos florecía con cada amanecer.

Aquella inocencia que ruborizaba su rostro con cada quiebro de la vida.

Una vida llena de prejuicios. Prejuicios inculcados por una educación encorsetada y represora
Barreras que marcarían por siempre su existencia.

Pero ese día, bailó. Aproximó su rostro al de su pareja de baile. Rozó, sin querer, ese cuerpo joven y tembloroso, cuyos ojos la habían buscado toda la tarde en ese guateque en el que el Universo les unió

Con su blanca palidez...



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