domingo, 12 de junio de 2016

LA LLEGADA A NINGUNA PARTE

El traqueteo del tren la adormecía mientras el paisaje invernal se iba desdibujando ante sus ojos igual que los recuerdos en su memoria… Cerrar su casa, desconectar contadores, bajar persianas, el sonido de la llave dando la última vuelta en la cerradura, detalles sin importancia, rutinarios, pero que aquel día habían tomado una inusitada relevancia. Todos ellos representaban el broche de un viaje hacia lo desconocido: su futuro inmediato en otra ciudad a cientos de kilómetros de distancia. Finalmente podría conciliar el sueño después de tantas noches de dudas y llantos. Aquella disyuntiva de decidir entre pasar a ser una más en las extensas listas del desempleo o aceptar el traslado propuesto por su empresa . Habían transcurrido ya dos meses desde que el Comité cediera antes las cuentas presentadas, justificando las desgracias de tantas familias después de seis meses de ardua lucha sindical. Dos interminables meses cuya espera se le había hecho insoportable; mas ahora ya, únicamente correspondía afrontar la situación con la esperanza de que aquel trascendental cambio en su vida le reportara, al fin, un poco de sosiego y tranquilidad. Después de todo ¿qué dejaba atrás? El altavoz anunció la inminente llegada a la estación, despertándola de su sopor. Cogió la pesada maleta y descendió del vagón con la mirada perdida, buscando la puerta de salida para poder coger un taxi que la llevara al hotel donde provisionalmente se alojaría. Las luces navideñas brillaban alegres en las engalanadas calles y se consoló vehemente, pensando que le estaban dando la bienvenida…

No hay comentarios:

Publicar un comentario