domingo, 26 de junio de 2016

CONTIGO DORMIRÍA DESNUDA


Contigo dormiría desnuda
con esa desnudez con la que hablamos,
piel con piel
fundidos en cálido abrazo...

Y en su irrefrenable sentido de posesión, ya había encontrado un nombre con el que hacerle solo suyo. Le llamaría Man, como aquel personaje de su novela que ella acababa de descubrir y que pasaría a formar parte de su más sentida admiración.

Man, Manuel, Manolo, Man, hombre. Aquel hombre que llegaba a su vida en un susurro cada mañana y con el que se sentía tan dichosa confesando sus más íntimas confidencias, desnudándose, sin ambages, en comunión, sin rubor...

Man, Manuel, Manolo, hombre!

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