sábado, 8 de diciembre de 2018

EL ANHELADO PERDÓN

 
 
Un coche circula muy despacio, incomprensiblemente despacio…
Avanza cual anciano decrépito por las vastas llanuras castellanas. Ha caído la noche y sus faros alumbran inhóspitos caminos que conducen a la nada…
Hora de tinieblas, de confesiones…   Los dos viajeros  vigilan sigilosamente cada centímetro de la calzada mientras se prestan a divagar en voz alta sus reflexiones.
Vidas complejas las de ambos aunque repletas de experiencias. No hay reproches; quizás volverían a cometer los mismos errores. Lamentablemente su posición en la actualidad dista mucho de ser equitativa. Ella cree gozar de un bienestar económico conseguido a fuerza de tenacidad y valentía. Él se lamenta de haber descuidado el suyo golpeado por circunstancias laborales imprevistas. No obstante, el azar ha permitido que se crucen sus caminos, sin ninguna lógica explicación.
Una frase de ella pronunciada desde la más inocente vehemencia, atruena todavía en el obscuro recuerdo de aquel momento: “estás desprotegido”…
Aquella sentencia, ahora toma un enloquecido sentido, el despropósito de osar  prejuzgar las vidas ajenas desde una falsa y cómoda posición. La cobardía de valorar lo material por encima de los aprecios y el Amor.
 El presente le ha traído la respuesta envuelta entre sus solitarios llantos y ha llegado la hora de solicitar el perdón desde la consciencia de la realidad de su propia y verdadera desprotección. Y un grito callado vuela fundiéndose en el alma de las nubes de blanca pureza:
 ¿ME PERDONAS? ¿SABRÁS PERDONARME AMIGO?”

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